Todos hemos oído hablar de las impresoras 3D, un aparatito que en el futuro nos dará la oportunidad de crear cualquier cosa que necesitemos, desde una taza para el café hasta un sofá por piezas para el salón.
Esto sería algo que nos solucionaría la vida casi por completo, solo le faltaría poder crear objetos con materias primas comestibles y estaríamos hablando del mayor invento de la historia de la humanidad.
Pero como ocurre con todo, las cosas no son tan fáciles ni tan espectaculares como nos las muestran, y es que este invento choca con bastantes frentes.
No me voy a extender mucho con esta entrada debido a que se ve claramente que pese a ser un invento increíble no tiene mucho futuro como electrodoméstico.
Pensar en cosas que os gustaría fabricar con este aparato, pues bien, todas esas cosas en las que habéis pensado, en este momento, la única forma de conseguirlas es comprándolas, este aparato arruinaría a miles o incluso yo diría millones de empresas que se dedican a fabricarlas y distribuirlas, desde las dedicadas a conseguir la materia prima, las dedicadas a convertirla, las dedicadas a crear algo con ella, las dedicadas a distribuir ese producto creado y las dedicadas a vender dicho producto.Por supuesto hay muchas otras cosas que resultaría imposible crear con esta máquina en casa, como la mayoría de aparatos electrónicos o máquinas complejas pero aún así hay demasiado en juego para ponernos en la mesa del salón un aparato de estos.
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